12 propósitos financieros para 2011

Año con año nos trazamos propósitos con la firme promesa de cumplirlos, pero muchas veces todo se queda en buenos deseos por falta de tiempo y… dinero.

Qué tal si este año, a la par de tus propósitos tradicionales (inscribirte en el gimnasio, comer más saludable, estudiar un diplomado, comprarte un coche) te planteas 12 propósitos financieros que te permitan disponer del dinero que necesitas para cumplir todos tus deseos, sueños y metas. Estas son algunas ideas:

Conoce las reglas del juego

DuendeNo importa si tienes o no dinero ahorrado o disponible para invertir; si no sabes qué hacer con él, no podrás lograr tus objetivos. Es vital que aprendas a administrar tu dinero y a utilizarlo de la mejor manera posible, y para eso tienes que saber qué productos financieros e instrumentos de inversión existen, cómo funcionan, cuánto cuestan, quién los ofrece, y cuál se adapta mejor a tus necesidades.

Y no hay excusas ni pretextos. Si quieres, puedes. La Condusef, los bancos, y las aseguradoras –entre otros organismos e instituciones financieras- ofrecen información, material didáctico, cursos, e información en línea –sin costo- para que aprendas a sacarle el mayor provecho a cada peso que llegue a tu cartera. El analfabetismo financiero evapora tus sueños.

Sácale provecho a tu dinero

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Una forma de asegurarte de que cada peso rinda al máximo es vigilar que en tu casa no se desperdicien recursos como luz, energía eléctrica, comida, papel y agua. ¿Sabes cuánto gastas al mes en tiempo aire para tu celular? Reduce gastos innecesarios.

 

Organiza tus finanzas

Duende¿Sabes con exactitud cuál es tu ingreso, cuánto gastas y en qué? ¿Qué puedes hacer con tus ingresos variables? ¿Cuánto puedes ahorrar? La mejor manera de saberlo es haciendo un presupuesto en el que contabilices todos tus ingresos y todos tus gastos del mes (o año). Réstale los segundos a los primeros y si el saldo es positivo busca la manera de incrementarlo. Si es negativo, no dudes en reducir o eliminar rubros de gasto para devolverle la salud a tus finanzas. Comienza por mantener bajo control los gastos hormiga (café, cigarros, botanas, propinas, etcétera), eliminar los que no son necesarios y reducir los que no puedas dejar de hacer.

Crea un fondo para imprevistos

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Considera tener un guardadito en una cuenta de ahorro o cheques, incluso en un fondo de inversión de muy corto plazo. Quizá no ganes ningún rendimiento o muy poco en el caso del fondo, pero ese será el costo que deberás pagar por tener a la mano dinero destinado a “cubrir” emergencias.

 

Controla tus deudas

DuendeLas deudas suelen convertirse en bolas de nieve, pueden crecer a tal grado, que lo que ganas apenas te alcanza para pagar e incluso tienes que contratar más deudas para amortizarlas. Eso puede ocurrir con las tarjetas de crédito si las usas irresponsablemente y además manejas toda una colección cuya deuda total rebasa tu capacidad de pago.

Un buen punto de partida es dejar de utilizarlas y empezar por pagar la deuda más pequeña, así te motivará ir eliminando compromisos. También puedes consolidar tus deudas y pagar a pagos fijos en un plazo preestablecido. Si tus problemas de pago ya resultan agobiantes busca negociar directamente con tus acreedores (reestructura).

Contrata deuda “productiva”

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Acceder al crédito es una condición que toda economía debe facilitar a empresas y particulares. A los primeros para que crezcan y a los segundos para facilitarles la creación de un patrimonio; por ejemplo, casa y auto.

 

Diseña un plan de ahorro e inversión

DuendeNo te limites a acumular dinero debajo del colchón, una alcancía o una cuenta de ahorros; es decir, no ahorres, invierte. Fíjate metas, anota cuánto necesitas para lograrlo y en cuánto tiempo te gustaría realizarlas. Así, sabrás cuánto debes ahorrar, en qué plazo y en qué instrumentos puedes invertir para alcanzar tus metas en menos tiempo. Solicita la ayuda de un asesor financiero y explícale tus objetivos. Nunca inviertas en opciones cuyo rendimiento sea menor a la inflación, y que no entiendas cómo funcionan.

 

Domicilia tus pagos

Duende¿Cuántos intereses moratorios o cuotas por pago tardío o costos de reconexión al servicio de televisión por cable o el gas, entre otros, te han cobrado sólo porque se te olvidó pagar? Si eso te ha ocurrido sabrás que puede representar, a la larga, un importante costo financiero y una fuga de recursos. La solución es utilizar servicios como la banca en línea o la domiciliación de pagos para que se realicen automáticamente en la fecha señalada.

 

Ahorra para tu retiro

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Un punto que día a día cobra más relevancia es la importancia de ahorrar para el retiro lo suficiente como para asegurarnos de tener los recursos necesarios para cubrir nuestros gastos con un nivel de vida similar al que tenemos en la etapa productiva. Opciones de ahorro para el retiro (largo plazo) hay muchas: Afore, renta variable, seguros dotales o ligados a ahorro, fondos de pensión, etcétera.

Utiliza las tarjetas como medio de pago

DuendeSi usas las tarjetas de crédito –bancarias y comerciales-, asegúrate de que sea como medio de pago. Gasta lo que tienes presupuestado y paga con el plástico pero liquida el adeudo antes o en la fecha de corte. Así, no cargas efectivo y te haces acreedor a puntos o beneficios que otorgan las tarjetas, a la vez que mantienes un buen historial crediticio que te abrirá las puertas de la deuda productiva. Si no puedes pagar el monto total de lo que adeudas a tu tarjeta de crédito, haz un esfuerzo y paga al menos el doble de lo que tu estado de cuenta marque como pago mínimo para no generar intereses.

Planea tus gastos “fuertes”

DuendeLa planeación de los gastos y el ahorro disciplinado para cumplirlos nos evita padecer “crisis financieras”. Hay determinados bienes que se consiguen más baratos en cierta temporada del año: desde automóviles hasta ropa y juguetes. Los almacenes contemplan temporadas de rebajas en las que puedes conseguir mercancía por un precio más bajo. Un ejemplo más: si quieres comprar una casa a crédito, pide a las instituciones que ofrecen créditos hipotecarios que te den la oferta vinculante. Ésta es un documento que debe informarte, en pesos y centavos, cuánto te costaría contratar el crédito con ellos. Hacerlo puede ahorrarte cientos de miles de pesos.

Asegúrate

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Otra estrategia para enfrentar los imprevistos son los seguros: una enfermedad o un desastre natural pueden dar un duro golpe a tu patrimonio si debes hacerte cargo tú solo de los gastos. Analiza cuáles son los riesgos más presentes en tu vida y contrata un seguro que te cubra a ti y a tu familia en cada caso. Existen opciones de seguros para todos los bolsillos.

 

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