Mente sana, bolsillo sano

El estrés, la ansiedad y algunos desórdenes psiquiátricos también pueden incidir en la salud de tu presupuesto.

 

El impulso de comprar (oniomanía) ya se considera como uno de los males que aquejan a

algunos humanos del siglo XXI e incluso ya hay grupos de autoayuda para tratar esta forma de canalizar el estrés, la ansiedad y la baja autoestima a costa de la tarjeta de crédito.

Pero en el campo de la psicología siempre hay nuevos descubrimientos y retos. Dos de ellos son de reciente aparición en las esferas clínicas. Uno llamado Síndrome de acumulación compulsiva, que se caracteriza por la creciente incapacidad de deshacerse de determinados objetos o de guardarlos “por si algún día se ofrece”. Así lo describe Francisco José Martín, del Centro de Psicología y Psicoterapia Menadel, en España.

 

Otro trastorno en este campo es el Síndrome de Diógenes. “Cuando hablamos de éste, los pacientes no adquieren cosas, sino que no las tiran. Guardan todos los restos que se manejan en su casa, principalmente basura. Estas acciones van aparejadas de un notable deterioro en la higiene personal.

“Se le asocia también con condiciones de aislamiento, soledad, abandono, ocasionalmente se relaciona con la demencia senil”, explica Martín.

 

Alberto Pertusa, uno de los directores del departamento de Psiquiatría del Hospital de Bellvitge, junto con el Instituto de Psiquiatría de Londres, publicó un estudio en la revista científica “American Journal of Psychiatry”, donde señala que hasta 4% de la población mundial podría padecerlo.

Hay que observar que las compras compulsivas son un escalafón en estos desórdenes de recolección. El Trastorno de acumulación no implica sólo comprar: también robar, pedir regalado o acopiarlo de la calle, por ejemplo. Valeria Villa, psicoterapeuta sistémica, señala que hay distintas explicaciones a estos fenómenos. Desde el punto de vista de la sociología social o de masas, se observa una sociedad influida por la publicidad y el bombardeo de los medios para consumir. “La explicación psicoanalítica clásica: es una conducta compensatoria de necesidades no resueltas, vacíos infantiles, abandonos o pobreza en la infancia que trata de ser paliada en la vida adulta”, comenta Villa.

 

Mientras que para el campo psiquiátrico pueden clasificarse como padecimientos obsesivo-compulsivos,mujer conductas aprendidas por el medio familiar o incluso derivadas de algún componente neurológico.

En cuanto al tratamiento, Valeria Villa sugiere el acercamiento con terapeutas para dar asistencia psicológica y, de ser necesario, farmacológica.

“Si bien hay diversas terapias que pueden servir, un tratamiento psicoanalítico es recomendable, aunque es un trabajo a largo plazo”, detalla.

 

Además de las afectaciones emocional y mental, está como derivado el deterioro de las finanzas personales: “(Con estas actitudes compulsivas) hay gente que se endeuda a grados increíbles. Es algo que los sobrepasa y deben pedir ayuda”, puntualiza Valeria Villa.

 

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