¡Prepárate! para volar del nido

Obtienes tu primer empleo y ¡por fin! ya no tienes que sufrir para decirles a tus papás que se te acabó tu mesada o idear algo para pedirles lana y comprarte esa chamarra que tanto te gustó. Por supuesto, cuentas los segundos para escapar de casa y enfrentar el futuro por ti mismo. ¡Alto! seguro no has pensado en las nuevas obligaciones que esto implica.

¿Cuál es la urgencia? antes de dar el salto hacia tu independencia, prepárate bien. ¡Tampoco se trata de que cumplas los 40 y sigas dependiendo de tus padres!

1. No te apresures

Ponte un plazo para salir de casa, digamos unos 3 o 5 años; puede parecer mucho de inicio, pero el estar en casa de tus padres te da la ventaja de ahorrar en gastos que tendrías que asumir al 100%, si vivieras de forma independiente: renta, alimentación, pago de servicios, entre otros, y con esto puedes crear un fondo de ahorro.

2. Controla tu cartera

Quedarte en casa de tus padres no significa “cero responsabilidades”, ayúdales con el pago de servicios o comprando algunos víveres. ¡Eso sí! hazte cargo de tus gastos personales y la mejor forma de controlarlos es elaborando un presupuesto.

Anota tus ingresos y todos tus gastos incluyendo el pago de deudas (si las tienes) y salidas con los amigos ¡aunque no te excedas en este rubro! La idea es que tus gastos sean menores a tus ingresos para que estés en posibilidad de ahorrar: “comienza a llenar el cochinito”.

Incluye en tu presupuesto el concepto de renta (el monto que destinarías si vivieras de forma independiente), esto te motivará a acumular recursos.

3. Bájale a tus gastosestudiantes

No quiere decir que dejes de divertirte o de darte algún gusto, se trata de disminuir un poco este tipo de gastos, por ejemplo, en lugar de irte cada fin de semana de “antro”, vete una vez al mes.

4. Mantén el gasto hormiga a raya

¿El dinero se te escapa de las manos sin que te des cuenta? A estas pequeñas fugas de dinero se les denomina gasto hormiga.

Si eres de los que a diario se compra el café, el tamal, el agua o el sándwich ¡haz cuentas! sumados todos estos diminutos gastos, se convierten en una gran cantidad de dinero.

5. Estira tus ahorros

Una vez que adoptes el hábito del ahorro, es tiempo de hacer crecer tu dinero. Hay opciones: los fondos o sociedades de inversión, los cetes (a través del programa Cetesdirecto), las aportaciones voluntarias a tu Afore, que dan rendimientos atractivos. Invertir te ayudará a alcanzar más rápido tu meta, que si sólo ahorras.

6. Crea buena fama

Es tiempo de hacerte de una buena reputación en los registros del buró de crédito. Una opción es mediante una tarjeta de crédito, que bien utilizada puede ser tu carta de presentación al solicitar un crédito automotriz o más adelante un crédito hipotecario. Con ella, puedes domiciliar el pago mensual de tu celular —gasto que debes contemplar en tu presupuesto— y así comenzar tu historia crediticia.

¡Cuidado! tener una tarjeta de crédito implica responsabilidad. Utilízala sólo si sabes que podrás hacer frente a este compromiso sin endeudarte. Considera los intereses y gastos que se generan al no pagar a tiempo.

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Tip: Trata de desayunar en casa y si no te da tiempo, prepara un refrigerio para llevar a tu trabajo. A la hora de comer, en lugar de ir toda la semana a la fonda de la esquina, procura llevarte dos o tres días, alimentos preparados en casa, además de ser más ricos y saludables, te sorprenderás al ver cuánto puedes ahorrar.

 

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