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Descuido, desidia, falta de planeación e información son algunas de las causas por las que puedes pagar de más al contratar y usar servicios financieros.
Por ejemplo, extraviar tu tarjeta de nómina o tu token es una distracción que puede salirte cara, ya que los bancos cobran
una comisión por reposición, que en algunos casos puede llegar a ser de hasta $250 el “chistecito”; otros bancos, los menos, no cobran la comisión.
Sé más precavido y no pierdas de vista estos objetos tan importantes que contienen tu información personal y financiera, es como descuidar tu dinero. Toma en cuenta que la situación puede empeorar si te percatas demasiado tarde del error y alguien más hace mal uso de éstos.
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