Pon orden a tus finanzas
¿Has tenido tu recámara tan desordenada, al grado de no encontrar el celular, las llaves o una playera?
¿Incluso te has echado un clavado para hallarlos? Pues lo mismo sucede con tus finanzas. Cuando no te preocupas por llevar un orden, pierdes el control de tus deudas, es más probable que te sobreendeudes, desconoces las fugas de dinero que tienes, así como las oportunidades de ahorro e inversión y más.
Por ello, es importante que cambies algunos hábitos financieros, para que puedas administrar y aprovechar de mejor manera tu dinero. Revisa las siguientes recomendaciones:
1- Llevar una vida financiera ordenada no significa que debes ser un controlador obsesivo de tu dinero y vivir estresado esperando que nunca salga de balance. Sólo tienes que ser disciplinado y estar al pendiente de la cantidad de dinero que tienes y la cantidad de dinero que gastas. Para ello, realiza un presupuesto donde registres por escrito todos tus ingresos mensuales, es decir, todo el dinero que percibas. Después, escribe tus gastos, primero los fijos como la luz, renta, teléfono, comida, transporte; y luego los variables como la compra de ropa, calzado, comidas fuera de casa, entretenimiento, entre otros.
2-Ahorra un porcentaje de tus ingresos mensuales, te recomendamos que sea el 10% o 15%, pero siempre una cantidad fija; no guardes únicamente lo que te sobra. Puedes ahorrar para metas a corto, mediano o largo plazo como tu retiro.
3- Siempre es mejor prevenir y evitar gastos fuertes que desestabilicen tu economía, en caso de presentarse un evento desfavorable. Infórmate sobre el costo de los seguros, quítate de la cabeza la idea de que son un lujo o innecesarios. Analiza tu situación personal y económica para determinar cuál se adapta a tus necesidades y los beneficios que te ofrece. Fíjate en todas las características y antes de contratar, pide que resuelvan cualquier duda que tengas.
4- Evita hacer compras de forma impulsiva. A veces tienes en mente comprar una sola cosa pero en el camino se te atraviesa una oferta o un producto que te encanta y no puedes evitar adquirirlo. Por supuesto, te saliste de tu presupuesto. Antes de tomar la decisión de llevarte todo, piensa si lo que estás por adquirir es sólo un deseo o es algo que realmente necesitas y si el dinero que gastarás no provocará un desequilibrio importante en tu economía.
5- Incrementa tu dinero e invierte. Conoce los instrumentos de ahorro e inversión disponibles, la oferta es amplia y puedes invertir desde cantidades accesibles. Cualquier persona puede hacerlo de acuerdo a su perfil y al plazo que se haya trazado para alcanzar una meta.
6- Sácale provecho al crédito.Ten presente que existen deudas buenas y deudas malas, todo depende del uso que le des al crédito y de tu capacidad de pago. Antes de contratar uno, pregúntate si lo puedes pagar; debes tener clara la cantidad de dinero que podrás usar de tus ingresos para pagar el préstamo (realiza tu presupuesto). Define para qué lo vas a utilizar; lo recomendable es que al contratar un crédito sea para la compra de bienes duraderos, no para terminar la quincena ni para comprar la despensa del mes. Compara las opciones, no te vayas con el primer crédito que te ofrezcan.
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Traza tus metas
Todos tenemos metas que deseamos alcanzar, sin importar nuestra edad. Y en la mayoría de los casos, esas metas nos demandan cierta cantidad de dinero. Por ello, debemos plantearnos objetivos claros y específicos como adquirir una casa propia, un automóvil, irnos de vacaciones o estudiar una licenciatura; y fijar una fecha aproximada para alcanzarlo. Para ello, debemos tomar en cuenta varios aspectos como nuestros ingresos actuales; la cantidad mensual, quincenal o semanal que podemos aportar para el cumplimiento de nuestra meta; y por supuesto, no permitir que factores externos nos causen un desequilibrio económico que detenga o retrase el cumplimiento de nuestro objetivo.
Puedes trazarte metas a corto, mediano o largo plazo que te beneficien a ti o a toda tu familia. Recuerda que la clave está en ser constante y disciplinado. Tú mismo trazas tus propias metas, nadie más lo hará por ti.
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