Mamá y dinero

Administrar tus recursos no es cuestión de magia

Con más de cien años de tradición en México, este 10 de mayo conmemoramos a todas las mujeres que han tenido la oportunidad de ser madres. Y pareciera que al momento de estrenarse como tal, adquieren algún tipo de poder mágico para administrar los recursos con los que cuentan para el bienestar de su familia.

¿Cómo lo hacen?, no te quiebres la cabeza y continua leyendo.

La administración del hogar es muy importante y desde tiempos inmemorables, en la mayoría de los casos, es la mujer quien realiza esta acción.

El cuidado de los miembros de la familia no es cosa fácil, tener que satisfacer necesidades como: alimentación, vestimenta, aspectos fundamentales del desarrollo de los hijos como educación, asistencia en caso de enfermedad, hasta tener que cubrir necesidades materiales con los que cada integrante cuenta; cualquiera podría volverse loco. Sin embargo, existen muchos factores que influyen en la economía familiar y saber administrar el dinero es una de las más importantes.

 

A continuación te presentamos dos casos de amas de casa y mamás que sin importar el contexto, lograron un equilibrio financiero en su hogar.

 

Caso 1

Mi nombre es Soledad García de Ávila, nací en el año 1919 y al cumplir los 19 años decidí casarme con el que fue mi esposo durante 77 años. Tuve 10 hijos y aunque no fue tarea fácil y la época era muy diferente a la actual, mi esposo y yo pudimos apoyar a cada uno de ellos con una carrera profesional.

Mi esposo trabajó de obrero en una fábrica textil de 1931 hasta 1980, y aunque el salario que tenía no era suficiente para cubrir nuestras necesidades y las de nuestros hijos, siempre vio el modo de generar mayores ganancias y en cuanto él tenía el dinero en sus manos, me lo entregaba para solventar los gastos.

Siempre fui ama de casa, pero gracias a que me interesé por aprender actividades que no conocía, pude prescindir de ayuda para: cocinar, mantener la casa limpia, confeccionar la ropa que usábamos, lavar, cosechar e incluso cuidar de los animales que teníamos como: gallinas, conejos, puercos, patos, entre otros; todo eso me ayudó a no generar gastos extra.

Mi esposo tenía plena confianza en mí para la administración de nuestro hogar y conforme los años iban pasando, nuestras necesidades y las de nuestros hijos, aumentaban. En esos tiempos era muy común tener una familia grande, pero nadie nos enseñó a “estirar el dinero”; así que lo distribuía de acuerdo a los gastos para no ocupar más de lo planeado. Siempre fue nuestra prioridad ofrecer a nuestros hijos alimentación, vestido y educación, pero nunca olvidamos cuestiones como regalos de cumpleaños, día de reyes, “domingos”, remodelaciones de la casa, etc; los cuales pudimos solventar gracias a que reservábamos un monto pequeño para este tipo de cuestiones.  

Para que cada uno de mis hijos obtuviera lo que deseaba, que por lo regular eran permisos para salir, tenían que realizar los quehaceres que de acuerdo a su edad podían hacer como: cocinar, lavar, limpiar, ir al molino, planchar, ayudar a cosechar, acarrear agua, etc; y en cuanto comenzaron a trabajar me otorgaban una parte de su salario para solventar los gastos del hogar.

Aunque mi esposo y yo sólo contamos con un nivel escolar básico, nuestra meta como padres se basó en enseñar a nuestros hijos que por medio del trabajo se obtienen recompensas y que entre más conocimiento tuvieran, mejor podrían estar preparados para enfrentarse a situaciones futuras. Me siento satisfecha y feliz al ver que hasta la fecha esta educación ha pasado de generación en generación.

 

Caso 2

Me llamo Viviana Romero Solis y tengo 34 años de edad. Me casé hace 3 años, con mi mejor amigo Oliver; tuvimos a Adolfo quien ahora tiene 2 años y día a día aprendemos y valoramos lo más importante de la vida: la familia y la salud.

Estudié Administración de Empresas (LAE) y actualmente soy Directora de Compras de materiales e insumos en una empresa en la que laboro desde hace 10 años.

Crecí en una familia que siempre me motivó y apoyó. Mis padres me educaron para ser independiente, para trabajar y luchar por lo que deseo. También gracias a lo que he vivido y a algunos talleres que me han ayudado a reforzar mis habilidades, he llegado a la conclusión de que primero debo fijar la meta que quiero alcanzar y después trabajar para tener los recursos y poder cumplirla.

Con esfuerzo, mucho trabajo y disciplina, he logrado al principio, vivir sola, tener un auto, comprar una vivienda, viajar y tener vida social. Pero para lograr estas cosas cuento con una agenda donde anoto todos mis gastos y al final de mes hago el estado de resultados. En cuanto recibo mi nómina aparto para lo indispensable: hipoteca, predio, agua, luz, teléfono, internet, crédito automotriz, tarjetas y dejo lo disponible para gastar en efectivo.

Hago uso de tarjetas de crédito, pero cada mes pago el total de mis gastos, por lo tanto nunca he tenido que pagar intereses. Para cumplir con todas las cosas que me voy planteando, mi papá me enseñó a gastar sólo lo que tengo y a pedir créditos que puedo pagar de acuerdo a mis ingresos.

Cuando me fijo un objetivo, hago el presupuesto de la cantidad que debo cubrir al mes y de acuerdo a mis ingresos tomo la decisión de realizarlo o no. También aprovecho las compras a meses sin intereses, por ejemplo: si compro un boleto de avión a 6 meses sin intereses, lo liquido antes de la fecha de salida. Siempre tengo presente que las tarjetas de crédito no son una extensión de mis ingresos, sólo son un medio de pago. Tener objetivos y luchar para cumplirlos, ser disciplinada y gastar sólo lo que puedo pagar, es la clave para mis finanzas personales.

 

¿Cómo puedes administrar tus recursos familiares?

  • Control: es necesario considerar que una persona en la familia se encargue de administrar los recursos y ésta será la misma que se encargue de que se cumplan las metas familiares.
  • Con la ayuda de un registro detallado de tus ingresos y gastos podrás administrar mejor tus recursos, además de que se te facilitará el ahorro y te ayudará a saber la capacidad de pago con la que cuentas para no contraer deudas. Recuerda que el hábito del ahorro necesita de constancia, destina un porcentaje fijo de tus ingresos para este rubro.
  • Organización: asigna funciones y responsabilidades para cada integrante de tu familia. Con la ayuda de su cooperación, realizar las actividades necesarias para el cuidado del hogar será mucho más sencillo. Puede que estés gastando en cosas que no necesitas, aunque parezcan pequeñas, se pueden convertir en una fuga para tus finanzas familiares y puedes descubrir en ellas posibilidades de ahorro, por ejemplo: si cuentas con personal externo que te ayude a lavar, planchar o pasear a tu mascota; puede ser un buen momento para asignar esas actividades a un integrante de la familia.mujer
  • Dirección: registra las cosas que desean alcanzar como familia conforme a su importancia, investiga y calcula cuánto necesitan para alcanzar cada objetivo. Sólo recuerda que una meta debe de ser medible, relevante, clara y realista.
  • Comunicación: es vital para la integración familiar. Tomar decisiones drásticas por ejemplo, mudarse a un nuevo hogar o enfrentar un desequilibrio financiero, son cuestiones que siempre deben hablarse en familia; así todos estarán al tanto de la situación y no habrá lugar para un ambiente de inseguridad.

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