De los Millennials a la G-Z

¿El futuro en sus manos?

A diferencia de la generación X, que se empleaba para mantenerse el mayor tiempo posible en una empresa y desarrollarse personal, profesional y económicamente, los denominados millennials irrumpieron en el mundo laboral para romper con esos esquemas.

Diversos estudios señalan que si bien esta generación ha obligado a muchas compañías a rediseñar sus patrones de contratación, incluso a cambiar prestaciones por algunos beneficios, también han puesto en riesgo su futuro.

Particularmente, porque este sector poblacional prefiere emplearse bajo los estándares de freelance, trabajos temporales, negocios familiares o la denominada economía colaborativa en la que se comparten e intercambian bienes y servicios a través de plataformas digitales.

Este esquema de contratación lo consideran más importante para ellos, ya que diversifican sus ingresos sin la pretensión de ocupar un puesto de trabajo para toda la vida, no obstante, dejan de lado su antigüedad laboral, seguridad social, jubilación y fondos de ahorro para su retiro, lo que significa hacer a un lado su futuro.

Un alto porcentaje de los millenials dice saber qué es una Afore y considera que se trata de una prestación importante al momento de jubilarse y recibir una pensión, sin embargo, la inmensa mayoría carece de una cuenta.

 

¿A qué se debe?
Estudios señalan que los millenials enfrentan el problema de no tomar muy en serio la educación financiera, en parte, porque lo consideran innecesario; sólo un tercio de esta población tiene conocimientos básicos en la materia.

Según un estudio de la firma de servicios profesionales Price Waterhouse Coopers (PWC), el 54% de millenials encuestados mostró preocupación cuando se les preguntó sobre su habilidad para manejar su deuda. El 53% dijo tener tarjetas de crédito sobregiradas y el 50% no podría atender ningún imprevisto si se le presentara en ese momento porque carecía de ahorros o de un seguro.

En tanto la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF, 2015), resalta que en México entre esa población existe un bajo interés en la búsqueda de información sobre sus cuentas bancarias y los que se dicen bancarizados, revelan un mayor desconocimiento sobre productos financieros.

Sólo el 33.7% conoce la tasa de interés, comisiones de su Tarjeta de Crédito y sabe que puede acudir a la CONDUSEF en caso de tener algún problema con un crédito, ahorros u otros productos financieros.

Entre las principales causas por las cuales este sector no hace uso de los productos y servicios financieros se encuentran:

  • Desconocimiento de los productos y servicios que ofrecen las diferentes instituciones del sector financiero.
  • Desconocimiento de dónde solicitar la información necesaria sobre diferentes alternativas para el manejo de las finanzas personales.
  • Complejidad en el manejo de diferentes instrumentos financieros.
  • Escasa disponibilidad de recursos monetarios.
  • Costos por el uso de los servicios financieros.
  • Desconfianza que genera el uso de estos productos.
  • Elaborado proceso para la obtención de un producto o servicio financiero*.

Entre algunas otras consecuencias por la carencia de una educación financiera están:

  • Baja capacidad de ahorro lo cual puede traer consecuencias complicadas hacia el final de su vida productiva.
  • Deterioro en la autoestima por la falta de capacidad en el cumplimiento de metas personales, asociadas con compromisos económicos.
  • Escasa protección frente a sucesos imprevistos que puedan cambiar de forma importante el rumbo de su vida.
  • Endeudamiento que implique la falta de pagos puntuales frente a ese compromiso y a otros.
  • Pocas oportunidades de financiamiento.
  • Las implicaciones son en diferentes momentos y con consecuencias que pueden impactar de forma permanente a los individuos

 

Otro aspecto que enfrenta este sector de la población es la proximidad de la llamada Revolución Industrial 4.0, pero no sólo ellos, también se involucra a la Generación Z, que hoy fluctúa entre los 10 y 25 años, conocidos como “nativos digitales”.

Lo que vendría siendo una oportunidad para ambas generaciones se traduce en su mayor problema, pues si bien ambas nacieron en la era de la tecnología, de acuerdo con la encuesta de Deloitte 2018, no están listas para la implementación de la llamada Revolución Industrial 4.0, la cual consiste en la inmersión de las tecnologías digitales en los procesos productivos de las fábricas.

Los encuestados de estas dos generaciones reconocen la importancia actual y futura de dicha revolución industrial, pero muchos no se sienten preparados para los cambios que ésta traerá consigo.

De acuerdo con el estudio, el 43% de los millennials sólo planea un máximo de dos años en sus trabajos y el 28% buscaría quedarse más de cinco años. En tanto, los de la Generación Z expresaron aún menor esa posibilidad, ya que un 61% afirmó que se iría antes de dos años.

A ello se suma que la G-Z tiene una enorme dependencia del internet y de su smartphone, lo que provoca la propensión a aislarse de la sociedad; estos adolescentes y jóvenes persiguen sueños, pero no ganar más dinero si eso significa sacrificar calidad de vida.

Para ellos no hay compromiso laboral posible si no obtienen a cambio el dinero suficiente para salir adelante y un balance trabajo-vida claramente descompensado hacia la autorealización personal.

Los estudios concluyen que a estas dos generaciones no les va a quedar más remedio que emplearse de manera autónoma, o bien, seguir estudiando y obteniendo titulaciones, pero sin experiencia laboral, lo que les llevará a obtener empleos mal pagados y pocas prestaciones, ya no se diga, una pensión o al menos una jubilación digna.

mill2

 

*Universia.net

Descarga el pdf de este artículo, da clic aquí