En ahorro y dietas, perseverancia es la clave
No fracases en el intento.
¿Alguna vez has intentado hacer una dieta? Si es así, te habrás dado cuenta que para lograr un resultado positivo debes seguir un régimen alimenticio adecuado y sobre todo, ser constante.
Una de las razones por las que se rompe una dieta es la falta de perseverancia y disciplina a la hora de seguir las indicaciones de lo que debemos y no debemos comer, sobre todo, los antojitos.
Cuando fracasamos en una dieta, generalmente es porque nos desesperamos al no ver los resultados deseados en el corto plazo, entonces decimos que nos faltó perseverancia.
En el ahorro ocurre lo mismo. Muchas de las veces nos proponemos alcanzar una meta, pero si ésta no va de la mano con la perseverancia, constancia y disciplina, es muy probable que terminemos por fracasar.
Al igual que en una dieta, que se puede romper con un antojito, en el ahorro pasa algo similar al comprar algo que no teníamos previsto o bien, al darnos algún gusto con la idea de que: “luego lo repongo”.
La diferencia entre quienes logran alcanzar sus objetivos y metas, y quienes se quedan a la mitad del camino, es la perseverancia y la disciplina.
¿Sabías que al guardar tu dinero en casa o en tandas corres el riesgo de perderlo? Imagina que alguien entra a tu hogar y lo roba o bien, que la persona que organiza la tanda desaparece con tus ahorros. ¿Qué harías? ¿A quién reclamas?
Por eso, para lograr nuestros objetivos, en una dieta como en el ahorro, lo primero que debemos hacer es trazarnos metas pequeñas para cumplirlas, además de ser muy perseverantes, consistentes y disciplinados.
Una dieta bien planeada te traerá mejores resultados. En el ahorro, si tú lo planeas, cuando menos te des cuenta habrás logrado tu meta.
Toma en cuenta que ahorrar significa guardar una parte de tu ingreso para utilizarlo en el futuro, no sólo lo que te sobra. Es decir, debes destinar una cantidad fija de manera periódica.
El ahorro te permite alcanzar metas. Contar con un capital te puede servir para invertir en un negocio; comprar bienes como un auto, una casa o bien, para tener un fondo de emergencias.
Ahorrar, al igual que una dieta, parece una tarea muy difícil de llevar a cabo, sobre todo cuando tienes muchos gastos y deudas, pero aunque no lo creas, el ahorro es el primer paso para alcanzar tus metas.
Practica lo siguiente: haz una revisión de esos pequeños gastos que realizas de manera cotidiana y que no tienes planeado, a éstos se les conoce como “gastos hormiga”. Puedes disminuir su consumo y eso te permitirá ahorrar.
Deja de comprar productos como café, agua embotellada, pagar juegos del celular o aplicaciones que además de ser costosas, seguramente no necesitas.
Si empiezas, cada moneda que logres guardar deposítala en una alcancía. La idea es que una vez que se llene formalices el hábito del ahorro y deposites ese dinero en una cuenta; ya sea en un banco, en una Sociedad Financiera Popular o en una Cooperativa de Ahorro y Préstamo.
Antes de contratar, asegúrate de que la institución a quien confías tu dinero esté debidamente regulada y autorizada. Puedes hacerlo en el Sistema de Registro de Prestadores de Servicios Financieros (SIPRES), en el Padrón de Entidades Supervisadas de la CNBV o en el Fideicomiso Fondo de Supervisión Auxiliar de Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo y de Protección a sus Ahorradores (FOCOOP).
Si acostumbras ahorrar en las famosas “tandas”, toma en cuenta que aunque sea una persona conocida de hace muchos años, puede dejarte sin tu dinero por alguna razón.
Además, este tipo de ahorro no genera rendimientos, por lo que es recomendable que lo hagas en una entidad financiera autorizada. Investiga y compara qué institución financiera se adecua a tus necesidades.
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