Maestra Rocío Mejía Flores

Coordinadora del Programa Tandas para el Bienestar.

“Educación Financiera para tomar decisiones más informadas”

En este mes se lleva a cabo la SNEF 2019 y en entrevista, la maestra Rocío Mejía Flores, coordinadora del Programa Tandas para el Bienestar, nos expone la importancia de este programa del Gobierno de México y de la Educación Financiera.

 

 

 

 

 

 

¿Nos puede decir en qué consiste el Programa de Tandas para el Bienestar?
El Programa de Tandas para el Bienestar está destinado a la población que por diferentes motivos no ha tenido acceso a los servicios que ofrece el sector financiero tradicional; de manera integral se orienta al combate de la pobreza y respalda las iniciativas, creatividad y productividad de las personas que operan pequeños negocios.

Existen alrededor de 8.6 millones de personas que trabajan por su cuenta o que tienen un pequeño negocio con menos de 10 trabajadores, de los cuales el 60% requiere financiamiento.

Sin embargo, las instituciones del sistema financiero tradicional consideran a dichas personas poco solventes o altamente riesgosas por sus limitados ingresos, la falta de garantías y la carencia de historial de crédito.

¿Entonces este programa se convierte en una alternativa?
Así es. Es un programa que impulsa un nuevo paradigma, el “Crédito a la palabra”, ya que la tasa de interés es de cero por ciento; su objetivo es fortalecer las capacidades productivas y de emprendimiento de las personas microempresarias que viven en zonas y condiciones de marginación.

¿Cómo se logra este objetivo?
Se promueve el desarrollo de capacidades financieras y empresariales básicas con asesoría y capacitación; se impulsa además la igualdad de género, la inclusión económica y social y se propicia la creación de nuevos y mejores empleos.

¿A quién está dirigido?
Está dirigido a personas con un pequeño negocio o alguna actividad productiva, que habiten en municipios o localidades de media, alta y muy alta marginación, así como con altos índices de violencia.

¿Cuántas familias se verían beneficiadas con Tandas para el Bienestar?
Se tiene estimado apoyar a cerca de 400 mil personas con más de 2 mil millones de pesos.

¿Cómo acceder a este apoyo?
La única vía para obtener una Tanda es registrándose en el Censo que realizan los Representantes Territoriales de la Secretaría del Bienestar. Si la persona cumple con todos los criterios, se le entregará un Número de Orden de Pago para que después de 15 días hábiles pueda cobrar su Tanda en la oficina de Telecomm que le sea asignada.

¿Cuáles son los requisitos?
Los requisitos establecidos en los lineamientos para solicitar una Tanda son: tener entre 30 y 64 años; contar con un negocio pequeño con más de seis meses de operación, cuya actividad no sea agropecuaria; ser residente de algún municipio o localidad perteneciente a las zonas de cobertura del Programa.

¿Es necesario contar con un historial crediticio y cómo pagarlo?
No es necesario contar con historial crediticio. Una vez que las personas beneficiarias reciben sus Tanda de $6,000 pesos, cuentan con tres meses de gracia para realizar sus doce abonos mensuales por $500 pesos.

Para facilitar la liquidación de los abonos, las personas beneficiarias, pueden acudir a las sucursales de Telecomm, Banco Afirme y BanBajío.

¿Considera importante que la población reciba Educación Financiera?
Definitivamente, la Educación Financiera es un elemento fundamental para el Programa de Tandas para el Bienestar, ya que las personas beneficiarias tienen mayor posibilidad de mejorar la administración de sus finanzas familiares y que sus pequeños negocios, puedan crecer y consolidarse.

¿Cuál sería su recomendación final las personas beneficiarias del programa?
Que realicen sus abonos de manera puntual, con la finalidad de que puedan seguir recibiendo los beneficios del Programa, como son los montos de las siguientes etapas, 10 mil y 15 mil, así como capacitación y asesoría.

La Educación Financiera, concluye la Maestra Rocío Mejía, es un elemento clave para la inclusión financiera, facilita el acceso de la población a los productos y servicios financieros, mejora las condiciones económicas y sociales de segmentos poblacionales en condiciones de vulnerabilidad y empodera a las personas para tomar decisiones más informadas.

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