Cambia de Rol…

¡Toma el lugar de tus papás un fin de semana!

Hola amiguita o amiguito, seguramente alguna vez ha pasado por tu mente saber qué se siente ser grande, o quizás ya lo hayas experimentado a medias.

Si te estás preguntando ¿cómo es posible? Haz memoria, posiblemente alguna vez te han llevado a ese famoso parque temático que es una mini ciudad y que es solo para peques, en donde juegas a ser una persona adulta y tienes que trabajar en diversos oficios para ganarte tu dinero y así poder darte ciertos lujos, además de poder gastarlo en lo que quieras, o bien, ahorrarlo en el banco para luego poner un negocio o invertirlo.
Bueno, si fue así, esa es una de las ocasiones que ya sentiste lo que es ser una persona mayor, pero si no has podido ir a ese parque, de seguro tus maestros te han puesto a prueba para ser un adulto y tener responsabilidades.

Nos referimos a que en la escuela te habrán dejado de tarea cuidar un huevo, al que debías pintarle una cara a tu gusto y ponerle el nombre que quisieras, la única condición era que por nada del mundo debía romperse, pues sería como tu hijo o hija a quien debías proteger y tener a salvo.

O también te pasó con un experimento que realizaste en la escuela, el de germinar un frijol. Posiblemente te estarás preguntando ¿Y qué tiene que ver eso con ser adulto?, pues déjame decirte que sí tiene que ver y mucho.
Estas actividades fomentan la responsabilidad, porque te haces cargo del cuidado de la plantita, como por ejemplo, darle agua y no dejar que se te muera, también aprendes a ser paciente, ya que según los cuidados y el amor que le des a esa pequeña planta, es como irá creciendo, tal y como ocurre en el caso de los papás con sus hijos.

Otra forma de relacionarte desde la infancia con la responsabilidad, es con el ejercicio del muñeco, que representa a un bebé, es lo más parecido a la realidad ya que es como si fuera de carne y hueso. Hay que cuidarlo, darle de comer, cambiarle el pañal, bañarlo, ponerle dos o tres conjuntos de ropa por día, sacarlo a pasear, arrullarlo, dormirlo, etcétera.

Y como ya has experimentado lo que es la responsabilidad, vamos a pasar al siguiente punto, el cual es muy importante ya que se trata del manejo del dinero familiar. ¿Te has puesto a pensar cuánto gastan tus papás en tan sólo un fin de semana? Principalmente cuando quieres ir al cine, comer en tu restaurante favorito, comprar el videojuego que acaba de salir o cuando se te antoja un helado…

Saca la calculadora y hagamos cuentas, porque a partir de este momento se hará un cambio de roles ¿Qué quiere decir? Que tú te vas a convertir en el padre o madre de familia y tu papi o mami serán tu hijos.

Supongamos que es sábado por la mañana y es hora del desayuno, tu hijo o hija te dice que se le antojan unos hot cakes, como no tienes la harina debes ir a la tiendita de la esquina por los ingredientes para hacerlos. Entregas tu lista y te dan estos precios: harina $38; kilo de huevo $39; leche $20; botecito mini de vainilla $8; total: $105.

Transcurre el día y llega la hora de la comida, tu hijo o hija te pide que lo lleves al restaurante de hamburguesas que tanto le gusta, por su cajita sorpresa, al comprarla junto con un helado y lo que tú pedirás te gastas otros $250.

Saliendo del restaurante, te insiste en que vayan al cine a ver la película de moda, te comenta que como ya están en la plaza comercial, aprovechen; después de mucho pensarlo, decides cumplirle su capricho, de las dos entradas pagas $120 y en el combo dúo gastas alrededor de $180, en total, por ir al cine pagaste $300.
Al siguiente día (domingo) tienen la costumbre de almorzar barbacoa, ahí te gastas otros $200 entre los consomés, taquitos y refrescos. Al atardecer le pides a tu hijo o hija que te acompañe al súper para comprar la despensa de la semana.

En la lista aparecen: pan de caja para los sándwiches, yogurt, leche, cereal, jamón, queso, etcétera. En total desembolsaste $500.

Y si tu hijo o hija vio en el aparador de una tienda su videojuego favorito y te pide que se lo compres o que sea el adelanto de su regalo de cumpleaños que ya está cerca, tú accedes, pero ese deseo tuvo un costo de $800.

Terminado el fin de semana, te sientas a hacer cuentas de lo que gastaste con tu hijo o hija:

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¿Ya viste que ser padre de familia no es tan fácil?

Es importante que pienses en el esfuerzo que hacen tus papás para darte lo que pides y sobre todo, cumplirte tus deseos de vez en cuando. Pero debes considerar que hay ocasiones en las que no se puede obtener lo que queremos, porque se trata de un deseo y no de algo que realmente necesitas.

Por ello debes aprender a identificar qué son las necesidades y qué son los deseos, y cuando tus papis te digan que no pueden comprarte eso que les pides en ese momento debes ser paciente y esperar hasta que puedan hacerlo.

Ya te diste cuenta que todo implica un gasto en la vida y por eso ellos trabajan muy duro para que tú tengas lo mejor. Aprende a valorarlo. Hasta la próxima peque.

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