Historias financieras tenebrosas

Que el terror no toque a tu puerta.

Noviembre es el mes de los fieles difuntos que viene después del 31 de octubre cuando se celebra Halloween, que si bien, este último no es una festividad nacional, las y los mexicanos hemos ido adoptando ciertas partes de su celebración, combinándolo con nuestras tradiciones del Día de Muertos del 1 y 2 de noviembre.

Todo este mes se respira ese aire entre festivo y lúgubre y en la CONDUSEF no queremos que pase desapercibido, por eso, para estar a tono, te traemos tres historias financieras de terror que, estamos seguros, el miedo se respirará por todos lados.

¡Quédate tranquilo!, ya que si bien son historias basadas en hechos reales y probablemente le sacarán un buen susto a tu cartera, te adelantamos que todas ellas tienen un final no tan trágico para sus protagonistas. ¡Échales un ojo!

El seguro de vida de un millón de pesos.


Al fallecer el papá de Julio Merino (nombre ficticio para proteger al verdadero usuario), éste se percató de la existencia de un seguro de vida contratado por el difunto. ¡La suma asegurada era de 1 millón de pesos! Pensó que dentro de toda la desgracia, algo bueno se vislumbraba al final del camino y se dio a la tarea de llamar a la aseguradora para realizar el cobro, que además le ayudaría a pagar todos los gastos funerarios que se presentaron sin avisar.

  • Tiene que venir con estos documentos, apúntelos y traiga dos copias de cada uno el viernes por favor…- le sentenció el asesor.

El día de la cita, Julio despertó con un ligero dolor de cabeza y una acidez en su boca.

-Son sólo los nervios de una cantidad tan grande- se dijo para sus adentros, mientras iba de camino a su cita con el destino e imaginando lo que le ayudaría ese dinero.

Pero, ¡oh sorpresa!, su rostro se llenó de terror al escuchar la voz del asesor de la aseguradora:

-Señor Merino, lo sentimos, su papá omitió declarar una enfermedad prexistente al momento de contratar nuestro seguro, desgraciadamente es una falta que debemos sancionar y dar por terminada la póliza. No le podremos pagar nada, una disculpa y lamentamos su perdida. – fue la única respuesta que recibió por parte del asesor de seguros.

Julio sintió como un escalofrío recorría su cuerpo, de la cabeza a los pies. El mundo se le venía abajo. Pronto recordó que su papá no tenía esa dichosa enfermedad que alegaba la aseguradora, estaba seguro de que era un pretexto para no pagarle…

-Acude a la CONDUSEF amigo, seguro te pueden ayudar a resolver tu problema, mientras yo te prestó para los gastos funerarios- le recomendó Carlos, su mejor amigo.

Julio decidió acudir a la CONDUSEF, donde gracias a la oportuna investigación y atención de la Comisión, se logró visualizar que la anulación del contrato del seguro no fue realizada a tiempo, razón por la cual la sentencia obligó a la aseguradora a pagar la suma, más los intereses de la misma. El terror vivido y las penumbras de la incertidumbre se disiparon.


Cargos no reconocidos….


En octubre de 2015, Irene perdió su tarjeta de crédito a causa de un robo a mano armada e inmediatamente acudió a su Banco para que bloquearan el plástico y le proporcionaran uno nuevo.

-Ya cancelamos su tarjeta señorita Irene, aquí tiene una reposición- le aseguró la asesora del Banco.

Irene se retiró contenta, pensaba asimismo que por primera vez había vencido al sistema sin tantas trabas, o al menos eso creía ingenuamente…sin embargo, el verdadero terror empezaría un mes después: al no recibir su estado de cuenta, acudió a la sucursal, en dónde descubrió diversos cargos, ¡por un total de 80 mil 500 pesos! Sintió que era la muerte.

-Estos cargos no los hice yo, explicaba temblorosa y con el pánico reflejado en su rostro. De hecho, esa tarjeta ya ni la tengo, ¡obviamente no los puedo ni los voy a pagar! – reclamó Irene, esperando que le ayudaran.

-Pues mire señorita, se realizaron las operaciones y se dispuso del dinero en efectivo en el cajero, no nos consta que le hayan robado su tarjeta y de ser así, se hicieron los retiros y apenas se ven reflejados. Si no paga, se le van a generar más intereses. Le recomiendo que los pague en lo que iniciamos una investigación y ya después se los reembolsamos. – fueron las palabras de la asesora.

Esa cantidad era imposible de pagar para Irene, pero el Banco no le daba más alternativas ni facilidades.

-Ay prima, te veo muy preocupada, pero mira la CONDUSEF puede ayudarte, vamos a hablar y a ver qué nos dicen… ¿te parece? – le recomendó su prima Claudia, temerosa también de que las opciones se le agotaran a Irene.

Ante la falta de una respuesta favorable por parte de su Banco, presentó en la CONDUSEF un escrito de reclamación a efecto de conciliar intereses con la institución financiera demandada.

-No se preocupe señorita Irene, aún hay muchos procedimientos y vamos a agotar todos. – le aseguró Pablo, su defensor en la CONDUSEF.

Al no haber acuerdo alguno en la audiencia de conciliación, el caso se llevó a los tribunales competentes, en donde Irene recibió defensa legal gratuita por parte de la Comisión y ante la falta de pruebas y documentos, se comprobó que la usuaria no solicitó, autorizó ni realizó las operaciones reclamadas. Los momentos tenebrosos quedaron atrás cuando se le dio una resolución satisfactoria a sus intereses.

¿Pérdida total?


Fueron diez años de trabajo, esfuerzo y ahorro lo que les costó a Fernando y Gabriela hacerse de su primer hogar. Pero la desgracia y la mala fortuna tocó a su puerta: su departamento, ubicado la colonia Portales, fue uno de los que resultaron afectados con pérdida total en el catastrófico sismo del 19 de septiembre del 2017.

-Amor, afortunadamente no nos pasó nada a nosotros, pero ¿qué vamos a hacer?, todavía no lo acabamos de pagar y ahora el departamento es pérdida total- preguntaba cada noche, con justa preocupación, Gabriela a su marido.

Adquirido mediante un crédito, con apenas seis meses de anterioridad, su departamento se encontraba asegurado. En un primer acercamiento con la aseguradora, ésta les notificó que tendrían que solventar la deuda original de su crédito, la cual ascendía a ¡dos millones de pesos!, la angustia invadió a la pareja.

Pese a la zozobra, Gabriela trataba de animar a Fernando -mira amor, en las noticias dicen que la CONDUSEF instaló módulos de atención para el tema de los afectados en el sismo, hay que ir a ver qué nos dicen…- Sabían que sus posibilidades se agotaban pero se encontraban dispuestos a llegar a las últimas instancias.

La pareja decidió acercarse a los módulos de atención que fueron instalados por la CONDUSEF, donde solicitaron apoyo y asesoría.

-Vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos Fernando, no te desesperes por favor. – con estas palabras, Claudia su asesora de la CONDUSEF le devolvió un poco de esperanza.

Tras conocer el caso, la Comisión Nacional medió ante las instituciones responsables del crédito y seguro para que el pago total de la pérdida fuera a favor de los usuarios. Se consiguió además la recuperación del enganche que evitó un duro golpe a su vida financiera, con una deuda saldada de dos millones de pesos, el lúgubre panorama pronto llegó a su fin.

¿Qué te parecieron estas historias?, ¿de miedo, no es así?

Si te quedaste con ganas de conocer más cuentos de terror relacionados con el mundo financiero, te dejamos como recomendación el libro “101 historias de terror vividas por contribuyentes en México”, editado y escrito por la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon), puedes encontrar su versión en línea en el siguiente link: http://www.prodecon.gob.mx/Documentos/libro_101_historias_de_terror.pdf

https://revista.condusef.gob.mx/wp-content/uploads/2020/11/terror_248.pdf