Deudas buenas vs malas

Lo que debes considerar antes de comprometerte con una.

¿Qué es lo que piensas cuando te mencionan la palabra deuda?, seguramente lo relacionas con algo negativo y que representa una carga para las finanzas personales. Pero sin duda podemos afirmar que una deuda es un arma de doble filo, ya que al adquirir un instrumento financiero podemos lograr mejorar nuestra economía, sin embargo, un mal manejo de esta puede desequilibrar nuestra salud financiera. Es por esta razón que en este artículo te hablaremos de las deudas buenas y cuándo se convierte en malas, además de darte algunos consejos para evitarlo.

Deuda buena y mala… ¿cómo diferenciarlas?

Comenzaremos hablando sobre lo que es una deuda financiera, esta es la obligación de devolver el dinero prestado, más los intereses generados en el tiempo que se llevó el préstamo y que se encuentra determinado en las condiciones al adquirir dicha deuda. Comúnmente cuando las personas requieren de financiamiento para comprar algún bien o aumentar su patrimonio pero no cuentan con el dinero suficiente, suelen recurrir a un crédito.

También están las personas que huyen del endeudamiento a toda costa porque no les gusta la idea de destinar una parte de sus ingresos para pagarles a otros. Pero independientemente de que tipo de persona seas, es relevante mencionar que cuando se adquiere un crédito, implica que absorberás una deuda que tendrás que pagar en el futuro y si no hay una planificación previa, puede llegar a costar muy caro. Entonces, ¿una deuda puede ser buena o no?

Deudas buenas:
Estas son todas aquellas que hacen crecer tu patrimonio o te mantienen seguro ante eventualidades. Las personas suelen adquirirlas para invertirlas en algo que les genere ganancias en el futuro, es decir, una buena deuda reflejará beneficios a mayor plazo y duración. También suele definirse a este tipo de deudas cuando se destina en bienes duraderos, que su pago no rebase el 30% de tus ingresos mensuales, que te generen liquidez o haga crecer tu patrimonio.

Algunos ejemplos de deudas buenas son:
• Deuda de apalancamiento para invertir o potenciar un negocio.
• La compra de un auto (de segunda mano en buen estado), el cual puedes poner a trabajar para ti.
• La hipoteca de una casa.
• El pago de un curso o maestría, que aumente tus posibilidades de conseguir un mejor empleo, con mayor ingreso.
• El pago de un seguro de gastos médicos mayores que te proteja a ti y a tu familia.

Deudas malas:
Este tipo de deudas se distinguen por no generar ganancias, adquiriendo bienes que no necesitamos, que tienen corta duración o se deprecian rápidamente. Las deudas comienzan a convertirse en malas cuando existe un mal manejo de estas, ocasionando que se rebase la capacidad de pago. Una vez que las personas se encuentran en esta situación, optan por adquirir un nuevo préstamo para pagar las deudas de la primera, creando un ciclo de endeudamiento. También puedes diferenciar a las deudas malas cuando les destinas más del 30% de tus ingresos en pagos.

Algunos ejemplos de deudas malas son:
• Endeudamiento con tarjetas de crédito, por el mal manejo como si fuera una extensión del sueldo.
• Tratar de llevar un estilo de vida que no corresponde de acuerdo con tus ingresos, comprando la última versión de un celular o un automóvil nuevo y caro para ganar estatus.
• Pagar viajes con la tarjeta de crédito.
• Comprar ropa, calzado o despensa con la tarjeta de crédito.
• Pago de servicios (agua, luz, gas, etc.) con crédito.

Evita que tu deuda se vuelva mala…

Los errores más comunes para volver una deuda en mala son: consumir a crédito por encima de tu capacidad de pago, pagar el mínimo de tus tarjetas de crédito, comprar bienes perecederos a crédito, no elaborar un presupuesto, adquirir servicios y/o productos con altas tasas de interés, utilizar el dinero destinado al gasto fijo, no pagar a tiempo ocasionando que los intereses crezcan y no considerar eventos inesperados como la disminución de tus ingresos o enfermedades u operaciones hospitalarias.

Aspectos para considerar antes de adquirir una deuda.

Lo primero que debes plantearte antes de adquirir una deuda es si realmente necesitas ese préstamo, ya que al contar con una deuda siempre se corre un riesgo. Por ello te recomendamos que antes de hacerlo armes un plan realista, en el que analices tu capacidad de pago, considerando todo tipo de posibles emergencias. Si no sabes cómo determinarlo, puedes hacerlo utilizando la siguiente formula: Ingresos – Gasto fijo, Ahorro = Capacidad de pago.

Este es un ejercicio muy sencillo, y a continuación te daremos un ejemplo: Suponiendo que tus ingresos mensuales son de 12 mil pesos, tendrás que restarles todos tus gastos fijos (despensa, luz, agua, gas, gasolina, etc.) que serían de 7 mil pesos, menos tu ahorro de 3 mil pesos, el resultado será tu capacidad de pago: 12,000 – 7,000 + 3,000 = 2,000

Además, debes tener presente algunos conceptos claves como plazo (tiempo en que liquidarás el total de la deuda), tasa de interés (renta que obtiene la institución financiera por el préstamo) y las mensualidades (cantidad que pagarás mes con mes hasta finiquitar tu deuda). También te recomendamos que compares en varias instituciones financieras las condiciones que te ofrecen, es decir, el tipo de pago que tendrás que hacer, si serán tasas fijas o variables y revisar la tabla de amortización.

¡Condutips para evitar el sobre endeudamiento!

• Elabora un presupuesto mensual, esto es básico para llevar unas finanzas sanas. En este deberás incluir tus ingresos, gastos fijos y variables (recuerda que los pagos de tus deudas los debes considerar dentro de los gastos fijos).
• Realiza un listado de todos los créditos con los que cuentas, en donde debes mencionar el tipo de crédito, la tasa de interés y monto de mensualidad, y la suma de la deuda actual. Esto te permitirá conocer cuál es tu situación financiera actual y cuánto tendrás que pagar cada mes para estar al corriente con tus deudas.
• En caso de que tengas varias deudas, se recomienda liquidar primero la más pequeña, abonando más de lo que exige tu institución para que sea más rápido. Todo esto, sin dejar aún lado las demás, pagando las mensualidades o pagos mínimos requeridos.
• En el caso de las tarjetas de crédito, siempre procura ser una persona totalera, pagando en los tiempos establecidos.

https://revista.condusef.gob.mx/wp-content/uploads/2021/02/252_deudas.pdf