El regalo de Santa

Un cuento de Navidad.

Pepe y Maru eran dos hermanitos de 10 y 8 años, a los dos les encantaba la Navidad porque además de convivir con su familia, Santa les dejaba varios regalos bajo el árbol navideño.

-Este año ha sido muy difícil, dijo el papá de los pequeños.

-Probablemente Santa no tenga tanto dinero para comprar todos los regalos que pidieron, dijo la mamá a Pepe y Maru.

Los pequeños se vieron a la cara por unos segundos.

-Pero nos hemos portado muy bien, dijo Pepe algo molesto.

-Sí mamá, nos hemos portado bien y hemos hecho todas nuestras tareas, agregó Maru.

-Es cierto, pero como dijo papá, este año ha sido muy difícil y Santa no la ha pasado muy bien, respondió la mamá de los niños.

-Bueno, ya veremos. Por lo pronto vamos a dormir, dijo el papá y apagó las luces.

Pasaron las semanas y llegó el 24 de diciembre. El día y la noche fue de alegría en la familia, hicieron un ponche y ayudaron a preparar la comida.

Después de la cena, Pepe y Maru salieron corriendo al árbol, que parecía llamarlos alegremente con sus decenas de luces de colores. ¡Vengan niños y vean lo que Santa les dejó! Les llamaba con sus ramas brillantes.

Al estar frente a los regalos Pepe exclamó emocionado: -mamá, mira lo que te trajo Santa.

Era un monedero de piel con un par de hermosas flores de nochebuena pintadas a mano. La mamá de Pepe y Maru lo tomó con cariño y dijo que era el mejor regalo de Navidad y que sabía que el propio Santa lo había pintado para ella.

-Papá, a ti te trajo una bufanda, para que no tengas frío cuando vayas a trabajar, dijo Maru.

-Es hermosa, seguramente a Santa le costó mucho trabajo y varias noches sin dormir para tejerla, dijo emocionado el papá y abrazó cariñosamente a su esposa.

Pepe vio dos cajitas envueltas con papel fantasía. Una de ellas con su nombre y la otra con el nombre de Maru.

-Guuuaaau, Maru, esta es para ti, y esta es la mía, exclamó Pepe. Pero son muy pequeñas, agregó.

-¿Qué nos habrá traído Santa? Preguntó Maru.
Al quitar la envoltura, Pepe y Maru descubrieron que se trataba de una tarjeta de plástico, como las que usaban sus papás en el cajero.

-No es el regalo que pedí a Santa, reclamó Pepe y comenzó a llorar.

-¡Yo tampoco quería esto! Replicó Maru.

Mamá y papá les trataron de explicar el por qué, de esos regalos.

-Es algo mejor que un juguete, dijo el papá.

  • ¡Quiero mi videojuego! – gritó fuera de sí Pepe, sin hacer caso al regalo.
  • ¡Pepe! Santa quería dejarte este regalo, igual a tu hermanita porque sabe que se han portado muy bien, – le dijo su madre intentando calmarlo.
  • Deberían estar muy contentos – dijo su padre.
    Pero Pepe y Maru, muy enojados se fueron a dormir.

En la madrugada Pepe despertó muy sobresaltado.

  • ¡Maru! ¡Maru! ¿Estás despierta?
  • le dijo a su hermanita.
  • Sí Pepe, ¿Tú tampoco has podido dormir bien? – se atrevió a preguntarle.
  • ¡No exactamente! – le dijo.
  • Tuve un sueño extraño. Me vi muy viejito, sin ropa que ponerme, tenía hambre, estaba enfermo y no tenía dinero para comprar nada.

-¡Yo también soñé lo mismo! Dijo Maru sorprendida.

-Vamos a contarle a mis papás, comentó Pepe.

Los dos pequeños entraron a la habitación de sus padres y en pocas palabras les contaron su sueño, que coincidentemente era el mismo.

  • ¡Quizá fueron al futuro! –dijo su papá.

-Verán, la cajita que ustedes despreciaron, tenía una tarjeta de ahorro de Afore niños, en ella se pueden realizar aportaciones voluntarias que les generarán rendimientos a lo largo del tiempo para que siendo adultos mayores no les falte dinero.

Deben saber que el ahorro es el mejor hábito que pueden tener desde niños, para que cuando crezcan puedan disfrutar sin preocupaciones.

  • Wowwwww – exclamó Pepe admirado.

-¿Entonces podremos comprar lo que queramos cuando seamos grandes? Preguntó Maru.

-Sí hija, tener una cuenta Afore asegura tu futuro. Por eso Santa se las regaló, porque se preocupa por ustedes.

-Después de escuchar esto, Pepe y Maru abrazaron a sus padres, y estos les entregaron sus tarjetas y juntos pasaron una feliz Navidad.

¿Qué te pareció este cuento peque? ¿Verdad que puede ser fabuloso hacerlo realidad?

Pues te diremos que sí es posible. ¿Qué necesitas?

Dile a papá o mamá que te abran una cuenta Afore para niños, para que comiences a ahorra y puedas hacer realidad tus metas.

Solo se requiere una identificación oficial de tus padres, tu acta de nacimiento o un documento que acredite a una persona mayor de edad como tu tutor, si es el caso. A partir de ese momento puedes comenzar a ahorrar y trazar tus metas a futuro. Puedes ahorrar desde 1 peso, en alguna ventanilla de la Afore, o depositar en tu cuenta desde 50 pesos en cualquier tienda 7-Eleven, Círculo K, Tiendas Extra, Farmacias del Ahorro, Chedraui, Walmart, Bodega Aurrera, etc.

La revista Proteja su Dinero te desea ¡Feliz Navidad!

https://revista.condusef.gob.mx/wp-content/uploads/2021/12/261_peque.pdf