El saldo del buen fin

¿Cuál fue la experiencia de los consumidores? ¿Cuál fue la tuya?

Bajo la sensación de que los descuentos se les escapaban de las manos, pues únicamente estarían por cuatro días, muchos mexicanos salieron de sus casas con el único propósito de “aprovechar las ofertas” de la segunda edición de El Buen Fin, una iniciativa que tuvo lugar del 16 al 19 de noviembre y que nace del esquema Black Friday, una venta especial de saldos en

Estados Unidos para limpiar inventarios. En México el propósito es impulsar la economía del país.

De acuerdo con informes de municipios de la frontera norte, ciudadanos estadounidenses cruzaron al lado mexicano para aprovechar los descuentos de El Buen Fin en las tiendas, esto a una semana de que se realizara el Black Friday.

Anuncios de atractivos descuentos, globos que llamaban la atención por sus coloridas rebajas, anuncios pequeños y grandes, volantes, cartulinas, constantes recordatorios de que al comprar se te regresaba el IVA de lo adquirido, invitaban a quienes aún se resistían a participar.

Otros como Irma Peralta y su familia, con motivo del puente vacacional decidieron desayunar fuera de casa para descansar de la rutina diaria. Aprovechando la salida y la ubicación del restaurante en un centro comercial, resolvieron comprobar si en realidad se dieron las ofertas anunciadas. Aunque no tenían en mente comprar algo, acabaron con un par de bolsas en su cajuela.fin

“Compré con tarjeta de crédito para aprovechar la promoción a meses sin intereses, sólo espero que en realidad no tenga que pagar dinero extra por mis consumos”, asegura Peralta quien se muestra entusiasta a su salida de una tienda de ropa que se encontraba abarrotada.

Sabemos que mientras realice sus pagos de manera puntual no pagará intereses, aunque existe un foco rojo: adquirió algo que no tenía contemplado en su presupuesto y que no necesitaba.

Hasta 48 meses sin intereses ofrecieron las instituciones financieras, las grandes cadenas de autoservicio y departamentales, y no faltó quien comprara televisores a esos plazos. El inconveniente: la vigencia de la garantía en este tipo de productos generalmente es de un año, máximo dos. Nadie quiere estar pagando por un producto que ya no funciona o que se ha vuelto obsoleto.

Varias personas que asistieron a comprar se llevaron la sorpresa de que la mayoría de las tiendas no ofrecía descuentos por pago en efectivo, sino ofrecieron en su mayoría ofertas relacionadas con la tarjeta de crédito, por lo que si no tenías una, podías quedar fuera de la jugada. Aunque eso no fue un impedimento, ya que varios establecimientos te tramitaban el plástico en aproximadamente 15 minutos, si cumplías los requisitos necesarios.

Algunos como Axel Cervantes se tomaron muy en serio la responsabilidad de sus finanzas personales, el joven de 22 años decidió, después de comparar precios y calidad, adquirir una computadora a meses sin intereses que de todos modos tenía planeado comprar para la realización de sus tareas. En su opinión: “Mucha gente termina gastándose todos sus recursos, creo que la clave está en que sepas administrar tu dinero y aproveches sólo ciertas ofertas”.

Clientes como Vicente Hernández, no vislumbraron los descuentos prometidos: “En realidad si algo costaba seis pesos, lo reetiquetaban con siete y terminabas pagando lo mismo”. Dicha opinión no fue compartida por consumidores que manifestaron su felicidad por los productos adquiridos, quienes a su parecer los obtuvieron por debajo de su precio original.

¿Qué tan preparados estamos para proyectos como El Buen Fin? ¿Tenemos la educación financiera suficiente para hacer de esto un beneficio? Para las dependencias el éxito fue rotundo, esperamos que también lo haya sido para tu bolsillo.

 

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