De ahorros y deudores…

… también están llenos los panteones.

Mejor ahorrar para no pagar… penitencia

Las calaveras murieron y hoy las fueron a enterrar. Se murieron de pobreza, pues nunca quisieron ahorrar.

Tarjetas de muchos bancos les daban

felicidad viajes, mortajas de seda, delicias del más allá.

Pero llegado el momento de pagar tal cantidad acreedores sin piedad no les dieron ni un descuento. Así que sin miramiento el camión de los embargos se cargó su vanidad.

Su fondo para el retiro que estaba en el camposanto mal cuidado hasta el espanto sólo les duró un suspiro.

En lugar de buen descanso una tumba calientita y una vida eterna y buena en un panteón junto al río, su falta de previsión y el gasto en sus caras cenas las dejó en un hoyo frío.

 

 

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